Vender por narices
Cerramos los ojos en busca de una sensación que nos haga recodar y lo primero que nos viene a la mente no es un sonido, ni esa sensación táctil o gustativa que nos produjo, ni tan siquiera una imagen, lo que más fácil logramos recodar es su olor.
Nuestro cerebro es capaz de recordar el 35% de lo que olemos, mientra que sólo recordamos el 5% de lo que vemos, el 2% de lo que oímos y el 1% de lo que palpamos. Y no es que lo diga yo, es un estudio de estos “serios” y aparentemente “sin sentido”, que elaboran infinidad de universidades de todo el mundo. Este en concreto, lo firma la Universidad Rockefeller de Nueva York y aunque pueda parecer una nimiedad, tiene una gran importancia en el mundo el marketing; el olor como estrategia de ventas o cómo vender más gracias al buen aroma.
De esto ya se dieron cuenta hace tiempo los americanos que llevan muchos años utilizando técnicas de marketing sensorial y utilizan “el poder del olfato” para conseguir aumentar las ventas. Disney ya utilizaba en sus parques temáticos...
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